7/6/08

El Hombre que Quería Cambiar el Mundo

- Hola, buen día. Vengo a cambiar el mundo.

- ¿Trajo la factura?

- Eh… no. Fue un regalo.

- Ah, pero sin la factura, no puedo hacer cambios.

- Sí, yo entiendo. Pero me lo regalaron. O sea que no me dieron la factura.

- Si, señor. Ya entendí que es un regalo. Pero a mí eso no me importa. Si usted no me trae la factura, no podemos cambiar el mundo.

- Pero con mis ganas y su predisposición. Yo creo que sí.

- Con sus ganas, mi predisposición y la-fac-tu-ra. Podemos cambiar el mundo y todo lo que usted quiera.

- No puedo creer que cambiar este mundo dependa de un papel.

- Todo depende de un papel.

- En caso de conseguir la-fac-tu-ra. ¿Por qué lo puedo cambiar?

- Por otro mundo, aunque depende del mundo que usted tenga. Si quiere uno mejor, es posible que tenga que pagar alguna diferencia. Déjeme ver qué modelo tiene usted, y le digo... Ah, no. Pero además de no tener la factura, está destruido. No se aceptan cambios de mundos usados.

- Y que quiere que haga, si me-lo-re-ga-la-ron-en-este-es-ta-do. Mire, si hasta tiene puesto el moño todavía. Seguramente el que me lo regaló, lo compró usado.

- Si, seguro. Pero no en esas condiciones. El que se lo re-ga-ló debe haber tenido un accidente antes de dárselo, o algo así. Veo poco factible que en un lugar como este, le hayan vendido un mundo tan maltratado.

- Como que no, mire. Acá esta la tarjeta y es de este lugar.

- A ver, permítame. Si, tiene razón. Fue aquel vendedor.

- Bueno, entonces me lo cambia?

- Va a tener que hablar con aquel vendedor, señor. Disculpe las molestias. El que sigue.

- Hola, buen día. Vengo a cambiar el mundo.

- ¿Tiene la factura?

- No. Le explicaba a aquella persona que es-un-re-ga-lo y…

- Ah, entonces no se lo puedo cambiar.

- Pero la otra persona, me dijo que usted lo había vendido a la persona que me lo regalo y que debía venir a cambiarlo con usted.

- Sí, pero siempre y cuando tenga la factura.

- Pero cambiar este mundo no puede depender de una factura.

- Desgraciadamente es así…. Aunque hay otra manera.

- ¿Soborno?

- A parte de esa, si usted no desea darme su dinero y hacer todo por la engorrosa vía legal, tiene que ir a la oficina de “Cambios sin Factura”, en el primer piso.

- Pero porque no me lo dijo antes?

- Primero, porque no me lo pregunto. Y Segundo, porque lo dejamos como último recurso. A esa gente, no le gusta ser molestada. Y menos si se trata de una persona que quiera cambiar el mundo.

- Bueno, entonces como llego a la oficina de “Cambios sin Factura”?

- Es por esas escaleras. Pero va a tener que venir el lunes, porque ahora ya cerraron. Pero si quiere, le puedo reservar el primer turno de la semana que viene. Que en realidad es para la otra. Sorpresivamente, esta semana vino mucha gente queriendo cambiar el mundo. Dígame su nombre así lo anoto.

- No, deje, no se preocupe. Me lo quedo aunque no me guste. Pensé que cambiar el mundo sería más fácil. Muchas Gracias.

- No, por favor. Gracias a usted. Vuelva pronto… Pero no se olvide la factura.