Cruzó el espacio con pasos cortos. Primero un pie, luego el otro. Buscaba en el aire, con una mano, algo que por suerte no encontró. Primero un pie, luego el otro. Corrió la suerte del principiante y su dedo meñique quedó intacto. En un caso como éste, es muy común llevar algo por delante.
No atinó a prender velas o alguna luz alternativa. Se limitó a disfrutar de la oscuridad hasta que sus ojos se acostumbraron y dejó de ser divertido. Entonces miró el techo y esperó.
24/11/07
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1 comentario:
muy lindo eh..
me imagine toda la secuencia =)
saludos!
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